jueves, 14 de enero de 2010

EL DESAFÍO DE LA UTÓPICA UNIDAD

Andrés Villar Narro

El destacado teólogo y filosofo Brasileño Fray Beto, cuando escribe sobre las utopías de América Latina, hace una apelación a no entender a las utopías como aquellos ideales soñadores que nunca serán parte de la realidad, sino más bien nos insta a ver en las utopías los objetivos y las metas fácticas hacia las cuales tenemos obligatoriamente que llegar para alcanzar el tan ansiado desarrollo.

Bajo estas ideas y frente al escenario de crisis y corrupción por el que atravesamos en el plano nacional y en el departamento de Cajamarca, todas y todos los que gozamos de sensibilidad social tenemos el desafío trabajar para alcanzar nuestras propias utopías.

Utopías que nos llevan necesariamente a creer en la política como ideal, ejercicio ético, moral, compromiso y trabajo permanente por construir “Una Región Nueva en un Nuevo Perú”, con líderes siempre al lado del pueblo organizado. Deslindado en todo momento de la violencia estatal y también de la violencia civil.

Tenemos el desafió de construir un proyecto político de inclusión regional, de amplia vocación descentralista, que busque edificar un Gobierno Regional y Gobiernos Locales que reconstruyan la economía regional y la economía de los espacios locales, buscando una sociedad regional con justicia, con democracia sin excluidos y progreso para las mayorías.

Necesitamos contar con un Estado solvente económicamente, donde sus diferentes niveles de gobierno, nacional, regional y local; tengan los recursos financieros suficientes para implementar sus proyectos de desarrollo de corto, mediano y largo plazo. Esto significa apostar por que la explotación de nuestros recursos naturales (minería, petróleo, gas, etc), sirvan para el desarrollo de nuestras regiones, provincias y distritos; y no se perpetué una extracción engañosa, abusiva, excluyente y corrupta como se viene haciendo en la actualidad. En Cajamarca se han descubierto más de 140 mil millones de dólares en reservas de minerales, los dejamos allí, los dejamos que los lleven las transnacionales y repartan las migajas a los gobernantes de turno, o planificamos juntos un extracción responsable y que asegure la ejecución de los principales proyectos para el desarrollo del departamento.

Necesitamos contar con un gobierno regional y gobiernos locales, que asuman su rol como promotores del desarrollo económico productivo impulsando un conjunto de políticas de promoción y protección al empresariado regional.

Debemos mantener la utopía de construir una verdadera unidad de la población, el deber de construir con las organizaciones populares y productivas, instituciones públicas, privadas y el empresariado emprendedor regionalista, una sociedad justa, auténticamente democrática, libre, de ciudadanos solidarios, en donde se recupere la concepción genuina de democracia. “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.

Este esfuerzo de unidad, tiene que cimentarse en la búsqueda de una unidad con la capacidad de construir el cambio para el desarrollo de Cajamarca y el país, ello exige capacidad técnica y experiencia para gobernar, y capacidad moral para garantizar transparencia y legitimidad, tenemos la utopía de buscar la unidad, que demuestre capacidad para el cambio.